El Molino de la Mesopotamia es uno de esos vestigios de la colonia española que aún se conservan y que cuentan con una gran riqueza arquitectónica. Por esta razón, lo que anteriormente fue un molino de trigo, es hoy en día una de las reliquias más importantes de la historia colombiana.

    En la edificación se pueden observar las paredes de barro y cal, con preciosas incrustaciones en madera, tejas de barro y una gran cantidad de rincones que recorren sigilosamente el terreno, dándole un halo de misterio y paz.

    Sus habitaciones conservan todos los detalles de la época: muebles coloniales en madera, cortinas pesadas, y preciosos detalles de decoración que más bien se constituyen en piezas de museo.

    La Hostería tiene una capacidad para 80 personas distribuidas en 3 cabañas y 30 habitaciones; además cuenta con un comedor decorado, principalmente, por un molino que surte de agua un pequeño riachuelo que atraviesa el salón. Igualmente, hay un bar, chimenea, salón de conferencias para 50 personas y un amplio parqueadero.

    La comida es principalmente típica colombiana, donde todos sus ingredientes son extraídos de los terrenos de la región, dándole a cada uno de los platos un sabor especial.

    En nuestra hostería los visitantes disfrutan a cabalidad un ambiente de paz y tranquilidad en donde los espacios ecológicos invitan a la meditación, la escritura y la lectura, entre otras muchas actividades. Como por ejemplo, la Calle del Silencio, es un precioso sendero de piedra rodeado por exuberante vegetación.

    El Molino de la Mesopotamia debe su nombre al hecho de estar rodeado por fuentes naturales de agua que brotan naturalmente en el solar de la casona, una singular piscina con bordes de fósiles y grandes losas de piedra, rodeada por una abundante vegetación.

    Y es precisamente esta vegetación, abundante y colorida, la que le da a la Hostería ese toque mágico, que hace que cada uno de sus huéspedes se sientan compenetrados con la naturaleza. Claro que no todo es vegetación. Curiosamente, en medio del esplendor del verde boyacense, se encuentra el Desierto de la Candelaria donde se entremezclan los tonos de la arena, dándole al paisaje un encanto sin igual. Y dentro de toda está mágica combinación de terrenos, se encuentra, a sólo 15 kilómetros de Villa de Leyva, el Santuario de Fauna y Flora de Iguaque, una de las 46 reservas naturales del país; la Cascada La Periquera, una caída de agua de más de 8 metros; y el Pozo de la Vieja, un precioso rincón con grandes y coposos árboles.

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    Informes y Reservaciones:

    Villa de Leyva, Boyacá, Colombia.
    Teléfono: (+57) (098) 7320235 Fax: (+57) (091) 6200457
    E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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